La policía georgiana detuvo este domingo a dos dirigentes de la oposición durante una protesta callejera contra el partido gobernante, al que se acusa de retroceso democrático y de acercar Tbilisi a la Rusia de Putin.
La nación del Mar Negro se ha visto sacudida por protestas masivas diarias desde que el partido Sueño Georgiano se proclamara vencedor en las elecciones parlamentarias de octubre, que la oposición rechazó por fraudulentas.
El anuncio del primer ministro Irakli Kobakhidze el 28 de noviembre de que su gabinete no buscaría iniciar las negociaciones con Bruselas para la adhesión a la Unión Europea (UE) hasta 2028 avivó aún más las manifestaciones.
El domingo, la policía detuvo al líder del partido liberal proeuropeo Akhali, Nika Melia, y al ex alcalde de Tbilisi, Gigi Ugulava, una figura destacada de la oposición, según pudo comprobar un periodista de la AFP.
Las detenciones se produjeron cuando miles de manifestantes intentaron bloquear una autopista de acceso a la capital, Tbilisi.
Varias otras personas también fueron detenidas durante la protesta. Un manifestante detenido parecía visiblemente herido.
Antes de la manifestación, el Ministerio del Interior emitió un comunicado en el que advertía a los manifestantes de que bloquear la autopista “constituye un delito penal punible con hasta cuatro años de prisión”.
La acción de protesta de hoy, al igual que las manifestaciones que se suceden desde hace dos meses, fue convocada para exigir nuevas elecciones parlamentarias, por considerar fraudulentas las de octubre pasado, y la liberación de los presos políticos.
Cientos de personas respondieron a la convocatoria de la oposición, pese a la advertencia del gobierno. Pero las fuerzas policiales impidieron que los opositores llevaran a cabo su propósito, aunque por momentos llegaron a ocupar dos de los cuatro carriles de la vía, que une la capital con los puertos de Batumi y Poti, en el mar Negro.
La policía también registró el sábado los apartamentos de varios miembros de la ONG opositora Daitove, que junto a otras organizaciones ha convocado a la manifestaciones. “La persecución ha empezado; las autoridades tienen miedo a la protesta del 2 de febrero”, declaró a la prensa Ilián Glonti, activista de Daitove, cuando era conducido a dependencias policiales.
Durante la fase inicial de las protestas, la policía antidisturbios utilizó gases lacrimógenos y cañones de agua para dispersar a la multitud y detuvo a más de 400 manifestantes, según el Ministerio del Interior.
El principal responsable de derechos humanos de Georgia, el defensor del pueblo Levan Ioseliani, y Amnistía Internacional acusaron a la policía de torturar a los detenidos.
Los activistas de derechos humanos georgianos han denunciado lo que dicen que es una creciente campaña de intimidación, palizas y detenciones contra quienes salen a la calle.
Las fuerzas de seguridad y el poder judicial de Tbilisi han afrontado persistentes acusaciones de represión contra los opositores del partido gobernante.
(Con información de AFP)
FUENTE: infobae