En las últimas horas el predio Tita Mattiussi de Racing acaparó la atención de la opinión pública por una ausencia. Es que la dirigencia decidió sacar el cartel con el nombre de Sergio Chiquito Romero, con la que fue bautizada la cancha número 1 del predio donde entrena la Academia y juegan las divisiones infantiles.
Las autoridades tomaron esa medida por una razón: reemplazar los carteles de madera de todos los campos de juego para instalar unos nuevos de metal. La iniciativa se basó para evitar lo que sucedió después de la eliminación ante Boca por la Copa Libertadores, donde el arquero del Xeneize se transformó en la figura al desviar los penales de Gonzalo Piovi y Leonardo Sigali y depositar al elenco del Jorge Almirón en las semifinales del torneo continental.
Aquella noche copera, el Cilindro estuvo colmado de hinchas que se ilusionaban con dar el golpe en el certamen internacional. Fanáticos de todo el país viajaron hasta Avellaneda para apoyar al combinado de Fernando Gago y muchos de los que llegaron en micro, estacionaron en el predio para continuar su camino hacia el estadio a pie. Con el dolor que provocó la despedida desde los doce pasos, muchos de los hinchas vandalizaron el cartel de Chiquito Romero y por ese motivo la comisión directiva decidió reemplazarlos por otros más resistentes.
Durante la revancha de los cuartos de final, el ex arquero de la Selección vivió un clima hostil a pesar de haber surgido del club de sus amores. Y en la definición por penales la figura con pasado en Europa se volvió a convertir en héroe como en el Mundial de Brasil. “En el penal de Sigali, sabíamos que él tenía tendencia de patear a la derecha. Pero nuestra decisión era quedarnos parados. Era el tercer penal, el que tenés que asegurar fuerte al medio. Cuando llegó a la pelota, lo veo y dije: No lo va a patear al medio”, recordó en diálogo con El Canal de Boca. Y argumentó: “Decidí ir hacia donde él se sentía fuerte y cuando lo atajé, vino (Fernando) Gayoso (entrenador de arqueros) y me dijo: ¡Menos mal que te tiraste a la derecha!”.
En cuanto el remate de Piovi, recordó: “Yo le tenia mucha fe a ese penal. No me preguntes el motivo, pero tres días antes sabía que lo iba a atajar. Esa sensación la presentía”.
Por su parte, el presidente de Racing, Víctor Blanco, analizó lo sucedido en una entrevista brindada al programa radial Planeta Racing: “No hemos tenido toda la suerte que queríamos tener, sobre todo con las lesiones como el caso de Roger (Martínez). Se pueden hacer críticas desde lo deportivo, pero tenemos un club ordenado hace diez años. No fue nada fácil”.
Antes de quedarse con el arco del Xeneize, Romero estuvo entrenando en el predio que lo vio nacer. A pesar de los resquemores en los hinchas académicos, Chiquito sostuvo que es “un agradecido a Racing”. “Salí de ahí y fue el club que me abrió las puertas del predio Tita Mattiussi para entrenar cuando volví lesionado de Europa, pero los dirigentes no se acercaron nunca ni para decirme “hola”. Si me hubiesen hecho una oferta, seguramente la hubiera aceptado”, destacó. Y aclaró: “Nunca me llamaron y Riquelme sí lo hizo. Y no quería seguir esperando para ver qué pasaba, como me ocurrió en la temporada anterior, cuando lo hice y resulta que después cerró el libro de pases y tuve que arreglar con Venezia de Italia, como jugador libre”.
“A pesar de eso nunca le voy a cerrar las puertas a Racing, porque mi contrato con Boca termina en diciembre de 2024 y uno nunca sabe que le depararán las vueltas de la vida”, completó el experimentado arquero de 36 años. Sin dudas, el protagonista espera tener un capítulo más en el equipo del que es fanático. Un episodio en el que se pueda reencontrar con su gente.
FUENTE: infobae