El Ejército israelí y el Shin Bet -la agencia de seguridad interior- informaron este jueves de la muerte de Mohamed Abu Itiwi, comandante de la fuerza Nukhba, la unidad de élite de Hamas, en el centro de la Franja de Gaza.
Israel asegura que Abu Itiwi participó en los ataques del 7 de octubre de 2023, que provocaron la actual guerra en Gaza, y que era empleado desde 2022 de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA), a la que Israel acusa de estar ampliamente infiltrada por Hamas.
Abu Itiwi, cuya muerte se produjo ayer, era el comandante de la fuerza Nukhba del Batallón de Bureij, en el centro de la Franja de Gaza, y -según Israel- durante los atentados del 7 de octubre, dirigió el ataque contra un refugio antiaéreo en Reim, donde acudieron a esconderse varios de los asistentes al festival de música Nova en el que fueron asesinadas unas 370 personas.
16 personas que estaban en ese refugio fueron asesinadas y cuatro personas fueron tomadas como rehenes con vida, entre ellas el estadounidense-israelí Hersh Goldberg-Polin, asesinado por sus captores de Hamas el pasado 31 de agosto junto con otros 5 secuestrados. Siete personas sobrevivieron en el refugio.
Israel asegura que unos 2.100 empleados de UNRWA pertenecen a Hamas y acusó el pasado enero a 12 de ellos de participar activamente en los ataques del 7 de octubre, a lo que la agencia respondió de inmediato abriendo una investigación interna y despidiendo a esos trabajadores.
La agencia, que cuenta con más de 30.000 empleados, aseguró meses después que Israel no había presentado pruebas concluyentes sobre la implicación de estos trabajadores en los atentados, mientras que una investigación independiente, a cargo de la exministra francesa de Exteriores Catherine Colonna, avaló en marzo la neutralidad de la actividad humanitaria de la agencia, aunque detectó “áreas críticas”.
En cuanto Israel vertió tales acusaciones en enero, 18 países anunciaron que retiraban sus fondos, incluidos sus principales donantes -EEUU, Alemania, Japón o Francia-, lo que ha supuesto un recorte del presupuesto de 450 millones de dólares en plena respuesta de emergencia en la Franja de Gaza.
La mayoría de países, incluidos Canadá, Suecia, Australia o la propia Unión Europea, retomaron meses después la financiación a la UNRWA ante la inconsistencia de las pruebas presentadas por Israel sobre los vínculos con Hamas.
Israel no oculta sus intenciones de expulsar a UNRWA de su territorio y hay varias propuestas de ley en Knéset para declararla “organización terrorista”, además de intentar desalojarla de su sede en Jerusalén este.
Tras este incidente, representantes del Coordinador de Actividades del Gobierno en los Territorios (COGAT) han exigido a “altos funcionarios de la comunidad internacional y de la ONU” aclaraciones y una “investigación urgente” sobre la participación de empleados de la UNRWA en los ataques del 7 de octubre.
(Con información de EFE y Europa Press)
FUENTE: infobae