El fútbol argentino despide a uno de sus nombres míticos por estas horas: murió Dante Mírcoli, el futbolista nacido en Italia que vivió la mayor parte de su vida en el país y tuvo una vida deportiva principalmente ligada al mejor Independiente de la historia. El Tano, además, fue protagonista de un recordado cruce con Johan Cruyff durante la ida de la final de la Copa Intercontinental que se disputó en Avellaneda en 1972 entre el Rojo y el Ajax de Países Bajos.
“Nos toca despedir con tristeza, pero por sobre todo, con mucho cariño, a Dante Mírcoli. Italiano, cuatro veces campeón con Independiente y unido de por vida al Rey de Copas. Un gran saludo a sus afectos en este día. Hasta siempre, Tano. Que en paz descanses”, informó la entidad de Avellaneda durante las últimas horas. El ex futbolista, que tenía 77 años, será despedido este miércoles en el Gimnasio Bottaro de la sede de Independiente entre las 14 y las 17.30.
Mírcoli llegó a la Argentina desde Italia a los 4 años. Su familia debió huir de su pueblo de Ladispoli en Roma hostigado por los coletazos de la Segunda Guerra Mundial. Fue precisamente aquella historia de vida que luego lo hizo tener una singular ida y vuelta con Juan Domingo Perón en Puerta de Hierro. Su familia había desembarcado en el país a inicios de los 50 y fueron dirigidos a Pergamino. Dos décadas más tarde, se encontró con el ex presidente: “¿A dónde te mandamos?”, le preguntó. “A Pergamino…”, contestó Mírcoli. “¡Ah, te mandamos cerca!”.
El emblema de Independiente había recordado este cónclave durante una entrevista con Infobae en 2019: “Habíamos ido a jugar unos amistosos a España con Independiente. Estábamos con Perico Raimondo y nos cruzamos con un guardaespaldas de Rucci, que era amigo de Perico. Lo fuimos a ver a Rucci y después nos dijeron que vayamos a lo de Perón. Fuimos cinco creo. Eran los 70, después se venía para acá. No era fácil ir… Entonces fui un rato y me fui. Cuando llegamos Perón dijo ‘¿Artime dónde está?’, pero hablaban otros, yo era pibe no hablaba. Estaba en un rincón. Te asombraba verlo, imponía con la imagen. Te guste o no, era la historia”.
El Tano llegó a las inferiores del Rojo en los 60 y tuvo su debut en 1965, pero su nombre quedó grabado en la memoria de todos durante 1972. El club había conquistado por tercera vez la Copa Libertadores y Mírcoli, lateral, volante central o extremo, se había ganado un espacio a punto tal de terminar como máximo artillero del equipo en el certamen con 4 gritos junto con el legendario José Omar Pastoriza. Esa victoria le dio al Rojo el derecho de disputar la final de la Intercontinental 72, que por entonces se jugaba a ida y vuelta. Al primer partido, en Avellaneda, el Ajax llegó con la figura de un Johan Cruyff en plenitud. Pero duró poco…
El holandés, que pasó a la inmortalidad en 2016, aquella noche en la Doble Visera había anotado a los 6 minutos un tanto. Y un cuarto de hora más tarde sería protagonista involuntario de la acción que grabó el nombre de Mírcoli en las perlitas históricas del fútbol: “Le estoy por dar la pelota a Pepé… Me doy vuelta, agarró la pelota y cuando giro para dársela veo una camiseta blanca que me pasa a toda velocidad y me lleva la pelota. ¡Fium! Se me iba al arco. Entonces le tiro, y cuando le tiro le pego por acá (se señala el muslo). Cuando cae, cae contra la chapa. Yo no lo había visto, te digo la verdad. Ni sabía quién era. Cuando se levantó y vi que era Cruyff pensé “qué cagada hice acá”. Pero ni me amonestaron. En esa época no eran de sacar muchas tarjetas, pero si le pegabas al mejor de ellos…”, recordó Dante ante este medio.
Johan dejó su lugar para el ingreso de Arnold Mühren en el duelo que terminó 1-1. Su paso por Argentina duró apenas 20 minutos. La vuelta, semanas más tarde, se cerró con el título del elenco neerlandés por un 3-0 con Cruyff como titular en Ámsterdam. El nombre de Mírcoli, a pesar de los más de 200 partidos con la camiseta del Rojo y sus cuatro títulos, quedó impregnado a aquellos segundos. Adonde iba, le preguntaban por esa acción. “En la vida hay cosas que tenés que aprovechar. A mí me hinchaban todo el día con Cruyff, con Cruyff… Cuando me compra la Sampdoria todo el mundo me preguntaba por lo mismo. Entonces, ¿qué querés que te diga? Llego a Italia y uno me pregunta: ‘¿Cómo lo marcaba?’. Y yo le explicaba que lo marcaba así y así ¡qué querés que diga! Entonces empecé a decir que lo marcaba yo. ¡Mentira si yo no tenía nada que ver! Él jugaba allá y yo en la otra punta. ¡Marketing! No es que yo lo busqué”, revivió entre risas en una entrevista.
Tras una estadía en Italia con Sampdoria, pasó por el Catania y retornó al país para tener un breve paso por Estudiantes de La Plata y Racing antes de su retiro. Comodoro Rivadavia, Trelew, Pergamino, La Pampa y Caleta Olivia fueron sus sitios en el mundo durante los 80 y los 90 a través de su rol de entrenador, hasta que en 2012 retornó al club de sus amores para ser entrenador en las inferiores.
Entre tanto, volvió a tener un divertido último encuentro con Cruyff en 1994 cuando viajó a Barcelona al frente de un equipo juvenil de la escuela que por entonces tenía Carlos Bilardo y que realizaba una gira por Europa. “¿Qué problema tuviste vos con el jefe?”, le preguntaron con tono bromista. “¡No me vas a pegar de vuelta!”, le dijo instantes después Cruyff cuando lo vio al costado del terreno de juego durante un entrenamiento con el Blaugrana. “Se acordaba todavía. Lo saludé, estuvimos hablando un rato y me fui. Estuvo todo bien en esa charla. Yo apenas llegué a Barcelona pedí saludarlo”, explicó Mírcoli por entonces.
FUENTE: infobae