Lo que sucedió en el partido de Moreno este fin de semana dejó varias preguntas en el interior de los altos mandos de la Policía Bonaerense. Es que cuatro efectivos fueron apresados por sus colegas tras haber sido detectados a bordo de un auto con patente apócrifa y de una moto con pedido de secuestro por robo. Incluso, uno de ellos ya había sido desafectado de la Fuerza por dos causas similares; y el otro no sólo estaba borracho cuando lo descubrieron, sino que se largó a llorar al entregarse a las autoridades, según pudo saber Infobae.
Todos los involucrados, tres hombres y una mujer, fueron desafectados de la Fuerza por la dirección general de Asuntos Internos del Ministerio de Seguridad bonaerense. Y, en paralelo, son investigados por el delito de encubrimiento agravado por el fiscal Federico Soñora, de la UFI N°4 de Moreno, quien pidió oficialmente la detención de los tres policías que estaban en el auto con la patente falsa, entre los que se encuentra el que ya tenía dos causas similares previas.
“El fiscal tiene demasiadas sospechas sobre los tres que fueron apresados en el auto con dominio falso. Los dos policías no declararon cuando los indagó, pero la agente sí y dijo que se subió porque los conocía, pero que no sabía que era robado. El tema es que también le faltaba una de las patentes al vehículo y no pudo no darse cuenta”, explicaron las fuentes consultadas por este medio.
La trama del arresto de los policías comenzó este fin de semana en una de las estaciones de servicio que hay en la avenida Del Libertador y la colectora del Acceso Oeste. Allí un Toyota Corolla negro llamó la atención de dos agentes de la división motorizada de la Policía Bonaerense porque no tenía la patente trasera.
Luego descubrirían que el dominio que llevaba el auto en la parte delantera tampoco coincidía con el coche: era robado y tenía pedido de secuestro activo de agosto pasado. Por eso, los policías decidieron identificar a los ocupantes del vehículo: dos hombres y una mujer. La sorpresa llegó cuando se presentaron también como pertenecientes a la Bonaerense.
Se trataba de Brigite Labordette, de 28 años y con carpeta psiquiátrica, y Emmanuel Salvatierra (30), ambos de la Comisaría 8ª del partido de San Martín. Con ellos estaba Miguel Ángel Mareco (30), quien cumplía funciones en la sección 4ª de Tres de Febrero.
Justamente, Salvatierra estaba desafectado de la fuerza: “Acumulaba dos casos similares a la que ahora lo tiene detenido. Una vez lo atraparon en La Matanza, a principios de octubre cayó en Ituzaingó y este fin de semana en Moreno. Todas las causas son encubrimiento”, describieron las fuentes consultadas por este medio.
Así, todos quedaron tras las rejas durante el fin de semana y fueron indagados por el fiscal Soñora en las últimas horas. El funcionario tiene serias sospechas sobre las verdaderas intenciones de los tres sospechosos, por lo que pidió la detención formal al juez de Garantías.
En paralelo, al despacho del fiscal Soñora llegaría este fin de semana la causa contra otro policía detenido: un sargento que cumplía funciones en Moreno. Lo atraparon en la localidad de La Reja. Todo se descubrió cuando dos colegas que patrullaban la zona dieron con una moto estacionada con la llave puesta y encendida frente a un kiosco en la avenida Storni, entre Juan XXIII y Crisólogo Larralde, según detalló el portal Primer Plano Online.
El hombre que había dejado el vehículo en esas condiciones dormía a unos metros, tirado sobre la vereda y en estado de ebriedad. Cuando se despertó, se escapó con la moto. Luego, Cristian Fernando Orellana (36) se entregaría en la Comisaría 7ª de La Reja junto al vehículo que tenía pedido de secuestro activo.
“Se puso a llorar cuando se entregó”, relataron las fuentes consultadas por Infobae, y dijeron que la moto había sido robada en 2022 y que el acusado, luego de fijar domicilio, quedó en libertad: pedirán que lo echen de la Fuerza. Por lo pronto, fue separado de sus funciones.
FUENTE: infobae