El número de fallecidos debido a los deslizamientos de tierra en el distrito de Wayanad, Kerala, India, ha ascendido a 300. Las autoridades indias informaron que cuatro personas fueron rescatadas este viernes por el ejército en la zona de Padavettikunnu, tres días después de los aludes. La tragedia ha causado una gran pérdida de vidas y propiedades, y ha movilizado a equipos de rescate y socorro para asistir a los sobrevivientes, buscar a los desaparecidos y recuperar los cuerpos entre los escombros.

El martes ocurrieron múltiples deslizamientos que devastaron la región. Los equipos de rescate, junto con voluntarios y fuerzas de seguridad, trabajan intensamente para encontrar sobrevivientes y brindar asistencia a los afectados. La situación ha sido crítica, y la magnitud del desastre ha provocado una respuesta coordinada de emergencia a gran escala.

La comunidad internacional y el gobierno indio han mostrado su solidaridad y apoyo ante esta catástrofe. El primer ministro indio, Narendra Modi, ha prometido toda la ayuda necesaria para las labores de rescate y recuperación. Las condiciones climáticas adversas han complicado los esfuerzos, pero la determinación de los rescatistas sigue siendo firme.

La operación de rescate continúa, y se espera que las cifras de afectados sigan aumentando. Los deslizamientos de tierra son comunes en esta región durante la temporada de monzones, lo que pone en evidencia la necesidad de medidas preventivas más robustas para mitigar el impacto de estos desastres naturales.

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